Optar por la negociación puede ser una estrategia eficaz y para la resolución de conflictos laborales, protegiendo los intereses de ambas partes y fomentando un ambiente de cooperación y entendimiento.
Entre las razones que aconsejan alcanzar un acuerdo se encuentran:
Rapidez: Los acuerdos extrajudiciales suelen alcanzarse en un tiempo considerablemente menor al depender de las partes. El retraso actual de la justicia, y la posibilidad de interponer recursos hacen que el procedimiento pueda prolongarse en el tiempo..
Control del Resultado: Al negociar un acuerdo, las partes tienen un mayor control sobre la resolución del problema, mientras que en un juicio, el resultado está sometido a múltiples variables y a la decisión de un tercero, (el juez o magistrado) la cual puede que solo beneficie a una de las partes, o incluso, que no satisfaga a ninguna de ellas.
Flexibilidad: Los acuerdos negociados permiten soluciones creativas y personalizadas, (siempre respetando el marco legal y los derechos de las partes), que pueden adaptarse mejor a las necesidades y circunstancias específicas de las partes, algo que un juicio no siempre puede proporcionar.
Reducción de costes: Los gastos derivados de un procedimiento, incluyendo honorarios legales, tasas judiciales y otros, pueden ser significativamente más altos que los de una negociación.
Confidencialidad: Las negociaciones y acuerdos extrajudiciales suelen ser confidenciales, protegiendo la privacidad de las partes involucradas y evitando la publicidad negativa que puede suponer un procedimiento judicial que salvo algunos casos será público.
Conservar relaciones: Llegar a un acuerdo puede ayudar a preservar la relación laboral. Esto es especialmente importante en aquellos casos donde las partes deben continuar trabajando juntas o para dejar la puerta abierta para retomar la relación en el futuro.